jueves, 25 de julio de 2019

EL RETRATO DE FARINELLI


Este cuadro de 82 x 61 cm que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, representa a uno de los personajes más celebres del siglo XVIII no solo en la corte española sino en toda Europa. Se trata del músico Carlo Broschi, llamado Farinelli o también Il Castrato. Nació en Andria, en la región de Apulia, el 24 de enero de 1705, y murió en Bolonia, 16 de septiembre de 1782 después de una exitosa carrera como cantante.
La castración de niños era una operación frecuente en el sur de Italia como una forma de combatir la pobreza entre muchas familias. Si un niño tenía dotes para el canto, se le castraba para favorecer el desarrollo de un registro vocal más amplio, con la esperanza de que alcanzase la fama y pudiera sacar a la familia de la miseria. Por el contrario, si sus habilidades musicales no adquirían el nivel exigido, se le internaba en un convento donde acababa cantando en los coros de las iglesias.
Carlo Broschi procedía de la baja nobleza, así que su castración no debió producirse por la necesidad de salir de la pobreza sino por culpa de un accidente de hípica; eso es, al menos, lo que cuenta la versión oficial. Sea como fuere, estudió en un conservatorio especializado en la educación de castrati gracias al prolongado mecenazgo de los hermanos Farina, melómanos entusiastas de quienes adoptó el sobrenombre de Farinelli. En el conservatorio recibió lecciones de canto, composición e improvisación bajo la dirección de Nicola Porpora. Debutó ante el público en Roma, en 1722, con una obra de su maestro y pronto adquirió una enorme reputación por la pureza, longitud, amplitud y vibración de su voz, lo que le permitía interpretar con frecuencia papeles de mujer en las óperas. Inició después una gira de conciertos que le llevó por Venecia en 1725, Milán en 1726, Bolonia en 1727, Viena en 1725 y 1731, y Londres en 1734. El compositor alemán Johann Joachim Quantz lo vio actuar en Milán y dijo de él lo siguiente: 

«Farinelli tenía una voz de soprano penetrante, completa, rica, luminosa y bien modulada, con un rango en ese momento desde La debajo de Do medio a Re tres octavas por encima de Do medio... Su entonación era pura, su vibración maravillosa, su control de la respiración extraordinario y su garganta muy ágil, por lo que cantó los intervalos más amplios rápidamente y con la mayor de las facilidades y seguridad. Los pasajes de la obra y todo tipo de melismas no representaron dificultades para él. En la invención de ornamentación libre en el adagio fue muy fértil.»

En 1737 fue llamado a España por la reina Isabel de Farnesio, con la esperanza de que sacara a Felipe V de la profunda depresión en que se encontraba. Es conocida la anécdota de cómo el rey se levantó de su cama en el Palacio de La Granja, donde se hallaba postergado desde hacía días, cuando escuchó sorprendido la maravillosa voz de Farinelli. De esta forma se ganó el favor de los monarcas y acabó dirigiendo durante casi veinticinco años toda la vida musical de las cortes de Felipe V y Fernando VI. Bajo su responsabilidad fueron reformados los teatros de Aranjuez y el Buen Retiro, se organizaron óperas, bailes y mascaradas, y se diseñaron numerosas escenografías que hicieron las delicias de la aristocracia de la época. Como premio por sus servicios, se le concedió un palacio propio en la villa de Aranjuez y en 1750 Fernando VI le nombró caballero de la Orden de Calatrava. En una disposición testamentaria firmada en septiembre de 1782, Farinelli dejó en herencia sus insignias de caballería al convento de Comendadoras de Calatrava en Madrid: 

«Y quiero que se haga llegar de modo seguro a manos de la Reverenda Madre Superiora una de mis veneras de la Real Orden, y precisamente aquella que el rey Fernando VI de gloriosa memoria con sus propias manos prendió en mi casaca creándome caballero de la Real Orden, que tiene brillantes pequeños y medianos.»

Este retrato, obra del pintor italiano Jacopo Amigoni muestra al músico en posición de tres cuartos, adornado precisamente con la casaca, dos broches de brillantes y la banda de la Orden de Calatrava. Los bordados dorados de la casaca, la delicadeza de las puñetas, el pañuelo al cuello, la peluca blanca, el lunar en la mejilla y el anillo con una piedra engastada en el dedo meñique son atributos característicos de la elevada posición social que alcanzó el músico. Pero más allá de esas riquezas, el libro del que sobresalen papeles y la mirada serena descubren a una persona intelectual, reflexiva y consciente de las dificultades que tuvo que superar para llegar donde llegó.

1 comentario:

  1. Gracias por la Información, debió ser un deleite escucharlo, y la pintura con mucho detalle aunque yo le noto cierta tristeza en la mirada, saludos

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Este blog pretende ser un recurso didáctico para estudiantes universitarios, pero también un punto de encuentro para todas aquellas personas interesadas por la Historia del Arte. El arte es un testimonio excepcional del proceso de la civilización humana, y puede apreciarse no sólo por sus cualidades estéticas sino por su función como documento histórico. Aquí se analiza una cuidada selección de obras de pintura, escultura y otras formas de expresión artística, siguiendo en ciertos aspectos el método iconográfico, que describe los elementos formales, identifica los temas que representan e interpreta su significado en relación a su contexto histórico y sociocultural.