Presentamos hoy dos pinturas similares que
representan a las siete Artes Liberales, es decir la suma de las principales disciplinas
o profesiones académicas cultivadas por los hombres libres, en oposición a las menospreciadas
como Artes Serviles, que eran los oficios mecánicos o manuales propias de los
siervos. Las Artes Liberales se agrupaban en dos grupos, el Trivium y el
Quadrivium. El Trivium, que en latín significa «tres vías», abarcaba las
ciencias relacionadas con el correcto uso de la Lengua, que eran la Gramática,
la Retórica y la Dialéctica (en ocasiones denominada Lógica), mientras que el
Quadrivium, o «cuatro vías», se refería a las ciencias vinculadas con las Matemáticas,
que eran la Aritmética, la Geometría, la Música y la Astronomía.
La primera imagen es un panel que inicialmente
fue atribuido a Domenico di Michelino pero que los últimos estudios han
rectificado en favor del círculo de Francesco Pesellino. Fue realizado con
témpera hacia 1450 en Florencia, aunque hoy está en el Birmingham Museum of Art
de Alabama. La segunda es una tabla pintada al temple hacia 1460 por Giovanni
di Ser Giovanni, apodado Lo Scheggia, que se conserva en Barcelona, en el Museo
Nacional de Arte de Cataluña. La composición en ambos casos es muy parecida:
aparecen las Siete Artes personificadas como alegorías femeninas, entronizadas
sobre un banco de piedra corrido y con una serie de personajes masculinos de
menos tamaño, sentados a sus pies. La variante más significativa es que en el cuadro
de Lo Scheggia las figuras femeninas están enmarcadas por hornacinas aveneradas
de clara inspiración renacentista.
Aparte de los letreros identificativos que les
acompañan, es posible reconocer cada personificación por el atributo que les caracterizaba
desde época medieval. Empezando por el Quadrivium, la Aritmética lleva una
tablilla y un punzón para realizar cálculos matemáticos; la Geometría lleva una
escuadra y un compás; la Música lleva una especie de organillo; y la Astronomía
mira al cielo mientras sostiene un astrolabio o un globo. En cuanto al Trivium,
la Retórica se identifica por un rollo manuscrito, símbolo de su elocuencia; la
Gramática lleva un flagelo y está acompañada de un par de niños, a los que está
enseñando; y la Dialéctica puede llevar un símbolo binario como dos plumas de
diferente color, dos serpientes, o un escorpión cuyas pinzas representan las
posiciones contrapuestas del pensamiento, aunque aquí aparece con una rama de
olivo para figurar la concordia entre todos los saberes. Todas las disciplinas van
acompañadas de sabios de la Antigüedad, que destacaron en la práctica de cada
una de ellas; así, a la Aritmética le corresponde Pitágoras, a la Geometría
Euclides, a la Música Tubalcain, a la Astronomía Ptolomeo, a la Retórica
Cicerón, a la Dialéctica Sócrates o el Papa Juan XXI, y a la Gramática
Prisciano de Cesárea.
El tema iconográfico de las Artes Liberales fue
bastante habitual en la escultura gótica, por ejemplo en los programas
decorativos de las catedrales de Chartres y Laon, en el púlpito de la catedral
de Pisa, esculpido por Giovanni Pisano entre 1302 y 1310, y en la tumba de
Ramón Llull, esculpida por Francesc Sagrera en 1487 para la basílica de San
Francisco de Palma de Mallorca. En pintura también hay ejemplos notables como
el fresco con el Triunfo de Santo Tomás,
que Andrea de Bonaiuto pintó hacia 1365 en la Capilla de los Españoles de la
iglesia de Santa María Novella, en Florencia. En el Quattrocento, el tema
estuvo de plena actualidad y fue tratado, con diversas variantes, por
Pinturicchio en los Apartamentos Borgia del Vaticano, por Botticelli en la
Villa Lemmi, y por Filippino Lippi en la basílica de Santa Maria sopra Minerva,
entre otros. En la escultura renacentista, Antonio Pollaiuolo representó las
Virtudes Teologales y Cardinales junto con las Siete Artes Liberales en la tumba
del Papa Sixto IV, en la basílica de San Pedro, en 1484. Por su parte, Bartolomé
Ordóñez incluyó alegorías de la Filosofía, la Aritmética, la Gramática y la
Lógica en las hornacinas de los lados cortos del sepulcro de Felipe el Hermoso
y Juana la Loca en la Capilla Real de Granada, y el conjunto de todas las Artes
en el sepulcro del Cardenal Cisneros, en la Universidad de Alcalá.
Un aspecto interesante, tanto a nivel formal
como iconográfico, es que las Artes Liberales son siete y a los artistas siempre
les ha resultado difícil casarlas en series decorativas de elementos pares, así
que frecuentemente se acompañan de una octava alegoría, que podía ser la
Filosofía, como en el caso del púlpito de Pisa, la Perspectiva, como en la
tumba de Sixto IV, o la Teología, como en el sepulcro del Cardenal Cisneros. De
esta forma pueden aparecer distribuidas en dos grupos de cuatro, el Quadrivium
por un lado, y el Trivium más una octava figura por otro lado.
La enumeración de las Siete Artes Liberales apareció
por primera vez en una obra mitológica del siglo V, del escritor latino
Martianus Capella. En la centuria siguiente, Casiodoro las cristianizó y estructuró
como un cuerpo enciclopédico de conocimientos que fue adoptado por las escuelas
monásticas y catedralicias. A finales del siglo VIII, Alcuino de York las
dividió entre el Trivium, centrado en el uso de la lengua, y el Quadrivium,
dedicado a las aplicaciones matemáticas. Finalmente, en el siglo XIII Vincent
de Beauvais hizo corresponder a cada una de las artes un don del Espíritu
Santo, lo cual las señalaba como vía de conocimiento para acceder a Dios. Tales
saberes constituyeron la base del sistema educativo de las universidades
medievales, y fueron precursores de los modernos estudios científicos desarrollados
en la Edad Moderna. Todavía hoy, las disciplinas relacionadas con la Lengua y las
Matemáticas siguen teniendo una posición predominante en la mayoría de los
sistemas educativos del mundo.
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