jueves, 30 de noviembre de 2017

EL SARCÓFAGO ROMANO DEL ALCÁZAR DE CÓRDOBA


Las enormes dimensiones (236 x 109 x 103 cm) y la singular iconografía de este sarcófago, han hecho pensar a los especialistas que sirvió como enterramiento de varios miembros de una misma familia hispanorromana. Se encontró en 1958 en el transcurso de unas obras de alcantarillado para el nuevo ensanche de Córdoba, en una necrópolis situada en la Huerta de San Rafael del Brillante. Cerca del lugar en que estaba el sepulcro, fue hallada una lápida con una inscripción en la que se mencionaban tres nombres, probablemente de origen griego, e identificados por su condición de libertos.
Técnicamente, la obra fue tallada en un único bloque de mármol entre los años 220 y 240 d.C. por un artista desconocido; hoy se expone al público en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba. Está esculpido en tres de sus caras con un altorrelieve naturalista de gran destreza, que se demuestra sobre todo en los pliegues de los ropajes y en las cabezas. Sin embargo, las proporciones entre el rostro y el cuerpo de los personajes son algo incorrectas por el tipo de canon utilizado, que resulta bastante achaparrado.
El tema principal es, lógicamente, de carácter funerario y se desarrolla en uno de los lados mayores que hace de frontal. El relieve está articulado en tres escenas diferenciadas, enmarcadas en rectángulos. La escena central representa la puerta del Hades, que está entreabierta para simbolizar el viaje al Más Allá después de la muerte. Las hojas de la puerta están decoradas con cabezas de animales, concretamente carneros y leones, que son alegorías de la fuerza y la determinación. En ambos casos, los rizos del pelaje están trabajados con trépano y tienen una gran plasticidad. Por último, en el tímpano hay figurados dos pavos reales enfrentados, que son un símbolo de la inmortalidad por significar el vuelo del alma tras la muerte.
A los lados de la escena central hay dos grupos escultóricos de una estricta simetría, tanto en el aspecto compositivo como iconográfico. El de la derecha muestra de frente al pater familias, vestido con toga y con la mirada perdida en el horizonte. Porta un rollo que hace alusión a su condición de magistrado y va acompañado de un filósofo, o un pedagogo, según su imagen arquetípica de anciano venerable, barbado y calvo; este filósofo le mira de perfil mientras parece conducirle hacia el reino de los muertos. El grupo de la izquierda es similar y está protagonizado por la esposa, vestida con una rica toga, peinada con un elaborado tocado de ondas y en actitud de recitación. A sus pies hay un cesto sobre el que se posa una paloma, que significan respectivamente su dedicación al cuidado del hogar y su pureza. También lleva un pliego enrollado, al igual que la figura femenina que le acompaña hacia la muerte, con el fin de enfatizar la importancia del saber y el cultivo del espíritu como garantía de una vida mejor en el mundo de las sombras. La caracterización de los dos esposos denuncia un verdadero retrato fisionómico, mientras que la actitud de los cuatro personajes es reposada y solemne.
Los extremos están remarcados por columnas estriadas con capiteles de acantos, que dan continuidad a los relieves de los lados cortos del sepulcro. En estos dos lados aparecen figuras de Pegaso acompañadas de una pantera. El caballo alado es un símbolo mortuorio, a la vez que también de la poesía y de la ciencia, mientras que la pantera se relaciona con los cultos funerarios a Dionysios y representan la fuerza y velocidad necesarias para llegar al mundo de ultratumba. En resumen, se trata de una obra excepcional tanto en el aspecto técnico como iconográfico, testimonio de la mejor escultura funeraria hispanorromana. 

Este blog pretende ser un recurso didáctico para estudiantes universitarios, pero también un punto de encuentro para todas aquellas personas interesadas por la Historia del Arte. El arte es un testimonio excepcional del proceso de la civilización humana, y puede apreciarse no sólo por sus cualidades estéticas sino por su función como documento histórico. Aquí se analiza una cuidada selección de obras de pintura, escultura y otras formas de expresión artística, siguiendo en ciertos aspectos el método iconográfico, que describe los elementos formales, identifica los temas que representan e interpreta su significado en relación a su contexto histórico y sociocultural.