viernes, 12 de noviembre de 2010

EL RETABLO DE LA CAPILLA REAL DE GRANADA

La Capilla Real de Granada es seguramente el monumento más significativo del reinado de los Reyes Católicos. Erigida como panteón funerario de los monarcas, su construcción fue ordenada por una disposición testamentaria de la reina Isabel. Con ello pretendía conmemorar el mayor logro de su reinado, la unificación política y religiosa de España tras la conquista del último reducto musulmán que quedaba en la península. Tanto la capilla como el sepulcro tenían que ser magníficos en sus cualidades artísticas y también transmitir unas especiales connotaciones simbólicas. La arquitectura se concluyó en estilo gótico en 1517, bajo las órdenes del maestro Enrique Egas. Ese mismo año, el italiano Domenico Fancelli terminó el sepulcro de los reyes, cuyos cuerpos fueron trasladados a la cripta en 1521. El deseo del emperador Carlos I de magnificar el mausoleo de sus abuelos convirtió a Granada en el foco artístico de mayor intensidad y calidad del arte del Renaci­miento en España. Numerosos artistas de renombre como Alonso Berruguete, Jacopo Florentino, Diego de Siloe, Pedro Machuca, Andrés de Solórzano o Sebastián de Almonacid se dieron cita en la antigua capital nazarí para disputarse la contratación de las principales obras de decoración que quedaban por hacer en la Capilla Real. Entre las piezas más importantes que se realizaron entonces destaca sin duda el retablo mayor, atribuido al maestro borgoñón Felipe Bigarny por un documento encontrado en la sección de la Contaduría Mayor del Archivo General de Simancas, en el que figura la siguiente libranza fechada en el año 1519:

«A Pedro de Caçalla contador del sueldo ciento e doze mill e quinientos mrs. que los ovo de aver por otros tantos quel dio e pagó a maestre Felipe de Borgoña para en quenta de 1.500.000 que ovo de aver por un retablo que hase para la capilla Real de Granada por carta dada a XVII de mayo de DXIX.»

Este documento suministra información fidedigna sobre el autor del retablo, sobre su elevado coste y sobre la fecha en que debió iniciarse la obra. Por otros documentos coetáneos sabemos que se terminó a principios de 1522, cuando todas las piezas quedaron perfectamente ensambladas, procediéndose a su estofado y policromado. El resultado fue en verdad excepcional, e hizo honor a la fama de un artista que ya se había consagrado en numerosas obras maestras repartidas por las catedrales de Burgos, Palencia y Toledo, además de otros sitios como Salamanca y Alcalá de Henares. En esa trayectoria, se advierte una importante evolución estilística. Sus primeros trabajos se inspiran en la plástica tradicional borgoñona, todavía sujeta a un sistema de proporciones y a un lenguaje esencialmente góticos. Posteriormente, sobre todo a raíz de un acuerdo de colaboración suscrito con Alonso Berruguete en 1519, Bigarny incorporó el refinamiento y la monumentalidad característicos de la estética renacentista. En el retablo de la Capilla Real, son elementos distintivos del nuevo estilo la organiza­ción clásica de la arquitectura, la exquisita dulzura con que están realizadas determinadas figuras, la introducción de desnudos que permiten el estudio de la anatomía humana, el empleo del bajorre­lieve en algunas escenas, la inclusión de triglifos, metopas, veneras y cabezas de querubines en los frisos, y el tratamiento de los grutescos de acuerdo a la moda plateres­ca.
Un retablo se divide en pisos o cuerpos dispuestos horizontalmente, y calles y entrecalles dispuestas verticalmente. La base de toda la estructura se denomina predela o banco, que puede estar a su vez apoyado en un sotabanco, mientras que el remate, que culmina lo más alto de la composición, se llama ático. El conjunto puede estar perfilado en los extremos laterales por polseras, unos elementos que se destacan en resalte y que pueden ser por ejemplo una columna o una pilastra. En el retablo de la Capilla Real de Granada, la estructura se compone de sotabanco, banco, dos cuerpos con cinco calles y un ático que presenta tres frontispicios de vuelta redonda y está rematado en el centro por frontón triangular con una cruz. El conjunto se articula con gran regularidad por medio de columnas abalaustradas con capiteles corintios, y cornisamentos decorados con elementos clásicos y grutescos dorados sobre fondo blanco. A ambos lados de la estructura se abaten dos piezas perfecta­mente ensambladas que funcionan como pedestales para las estatuas orantes de los Reyes Católicos. Estas estatuas refuerzan el significado piadoso y funerario de toda la capilla, pero también producen un efecto de gran valor escenográfico.
En cuanto a la iconografía, debe analizarse primero cada una de las escenas para después proceder a una interpretación global del retablo. Los relieves del sotabanco representan aconteci­mientos históricos de la toma de Granada: la llegada de los ejércitos cristia­nos al mando de los Reyes Católicos y del Cardenal Mendoza, Boabdil rindiendo las llaves de la ciudad, el bautismo de los hombres moros y el bautismo de las mujeres moras. En la zona central del banco se muestran tres escenas: primero el Bautismo de Cristo, en el medio la Adoración de los Reyes Magos, y a la derecha San Juan Evangelista acompañado del águila que lo identifica. Sobre ellas se dispone el primer cuerpo del retablo, en el que se encuentran las escenas más importantes desde el punto de vista iconográfico, lo que se nota por su situación centralizada y por el tamaño monumental de las figuras. Emparejados en el centro están San Juan Bautista y San Juan Evangelista, los santos patronos de los Reyes Católicos y los titulares de la advocación de la capilla. A los lados, el martirio de cada uno de ellos: a la izquierda la Degollación del Bautista, y a la derecha la cocción en aceite hirviendo del Evangelista. En el segundo cuerpo destaca la Crucifixión de Cristo, que sobresale por encima del cornisamento superior, y que aparece secundada por la Virgen María y San Juan Evangelista, siguiendo una tipología iconográfica que se denomina «calvario». A la izquierda se representa precisamente a Cristo con la Cruz a cuestas, camino del Monte Calvario, y a la derecha la Piedad o Lamentación ante Cristo muerto, quizás la escena más retardataria desde el punto de vista estilístico. En las calles de los extremos están representados, cada uno independiente en una celda, San Pedro, San Pablo, los cuatro evangelistas y los cuatro Padres de la iglesia Católica, que son San Gregorio Magno, San Jerónimo, San Ambrosio y San Agustín. En el ático aparecen las figuras de la Virgen María y del ángel San Gabriel, una a cada extremo, figurando el episodio de la Anunciación. Finalmente, la paloma del Espíritu Santo y la figura de Dios Padre se asoman desde el tímpano superior, representando junto con Jesucristo crucificado el misterio de la Trinidad.
En definitiva, el retablo propone varias lecturas. La más evidente de todas es la que unifica las diferentes escenas de contenido cristológico, que se disponen siguiendo los ejes de la Crucifixión, y que van desde la Anunciación en el ático hasta la Adoración de los Reyes Magos en el banco, pasando por los episodios de la Pasión en el cuerpo superior, que ejemplifican la acción salvadora de Jesús en el mundo. Apoyando el sentido doctrinal de este mensaje se incluye a los Evange­listas y a los Santos Padres de la Iglesia Católica; los primeros como reveladores del mensaje cristiano, los segundos como exégetas y por ello depositarios y continua­dores de la Buena Nueva extendida por toda la tierra. Su situación en las torres, actuando a modo columnas o fundamen­tos de la Iglesia, resulta muy significa­tiva. Una segunda lectura iconográfica es de carácter devocional y está dedicada a los Santos Juanes, patronos de los Reyes Católicos y titulares de la capilla. La presencia de ambos expresa además la continuidad de la misión de Cristo, pues los dos son testigos directos de la misma y hacen confluir el Antiguo y el Nuevo Testamento. Las figuras orantes de los reyes y los bajorrelieves del sotabanco conectan esa misión salvífica con el momento histórico en que se construyó el propio retablo, porque aluden a la definitiva cristianización de España, lograda gracias a la reconquista de Granada. Política, teología y devoción espiritual aparecen así perfectamente interconectadas entre sí.


6 comentarios:

  1. Una información completísima al que no le falta detalle. Además está escrita con gran calidad literaria. Magnífico archivo. No he encontrado en Internet nada mejor que esto que hable del retablo de la Capilla Real.

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  2. Una sola apreciación: cuando se dice que en las calles del retablo están representados los cuatro Padres de la Iglesia Católica (Agustín, Ambrosio, Gregorio Magno y Jerónimo), sería preferible decir que están representados los cuatro Padres principales de la Iglesia de Occidente.

    Los Padres de la Iglesia son muchos (santos doctores de los primeros siglos hasta San Juan Damasceno) pero se dividen en dos grupos: Padres de oriente y de occidente. Como hay algunos padres de la iglesia que tienen mucha importancia (San Basilio, San Gregorio Nacianceno.., por ejemplo), convendría especificar que los cuatro que se proponen en el retablo de la Capilla Real de Granada corresponden a los cuatro principales o más conocidos Padres de la Iglesia de occidente.

    Atentamente, Julián Gutiérrez Martí (sacerdote).

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  3. El mejor texto que he encontrado. Muy completo y perfectamente escrito.

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    1. Muchas gracias. Espero que sigas disfrutando de este blog.

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  4. Muy interesante, gracias. Una pregunata por favor, conocemos quien ha esculpido el bajo relieve de la foto abajo ? Esta foto hace parte tambien del retablo ? porque no le veo....

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    1. Hola. Sí, la escena del bajorrelieve es también de Bigarny. Se encuentra abajo, en el sotabanco.

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Este blog pretende ser un recurso didáctico para estudiantes universitarios, pero también un punto de encuentro para todas aquellas personas interesadas por la Historia del Arte. El arte es un testimonio excepcional del proceso de la civilización humana, y puede apreciarse no sólo por sus cualidades estéticas sino por su función como documento histórico. Aquí se analiza una cuidada selección de obras de pintura, escultura y otras formas de expresión artística, siguiendo en ciertos aspectos el método iconográfico, que describe los elementos formales, identifica los temas que representan e interpreta su significado en relación a su contexto histórico y sociocultural.