jueves, 28 de mayo de 2015

LA RENDICIÓN DE GRANADA


El cine histórico, también llamado cine de época, es un género cinematográfico peculiar que se caracteriza por estar ambientado en una época histórica determinada. Muchos historiadores critican la falta de verosimilitud de este género porque no se basa en fuentes históricas directas, sino en interpretaciones posteriores que ofrecen una determinada visión de los hechos y personajes del pasado. Sobre este particular es especialmente interesante analizar cuáles son los motivos de inspiración que utilizan los profesionales de la industria cinematográfica para vivificar la historia. Entre esos motivos se encuentran principalmente la historiografía, la tradición, la literatura y el arte, los cuales han contribuido a forjar en el imaginario colectivo una idea de ciertos hechos y personajes que no siempre coincide con la realidad histórica.
A veces es fácil identificar los modelos iconográficos que han servido de referencia para reconstruir una determinada imagen cinematográfica. Un error bastante frecuente en las películas históricas es la existencia de gazapos o anacronismos, que no coinciden con la ambientación, el vestuario o los objetos que serían correspondientes con la época que se pretende representar. Esto puede ocurrir por falta de asesoramiento, por ignorancia o por una excesiva libertad interpretativa, pero también por la ausencia de modelos, que no siempre son fáciles de encontrar. En el siglo XIX alcanzó gran notoriedad un género artístico peculiar denominado “pintura de historia”, cuya finalidad era la representación de las mayores glorias históricas de la nación. Muchas de estas pinturas se han convertido en auténticos iconos culturales que han quedado fuertemente grabados en la memoria colectiva. No es extraño, pues, que el cine los haya utilizado para generar imágenes similares, en ocasiones prácticamente idénticas.
Las dos imágenes que reproducimos hoy son un buen ejemplo de esto que decimos. La primera es un famosísimo cuadro de historia titulado La rendición de Granada, que fue realizado por el pintor Francisco Pradilla en 1882 para el Palacio del Senado. El lienzo, de un tamaño descomunal (330 x 550 cm), pretendía condensar en la representación de aquel hecho histórico «la unidad española, punto de partida para los grandes hechos realizados por nuestros abuelos bajo aquellos gloriosos soberanos», como especificaba el encargo, redactado por el Marqués de Barzanallana. Su grandiosa composición recrea aquel momento, sucedido el 2 de enero de 1492, en el que el rey Boabdil entrega las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos. El moro avanza desde la izquierda de la composición, sobre un caballo negro, y es recibido por los Reyes Católicos, que le esperan a la derecha secundados por sus dos hijos mayores y por los principales caballeros, pajes y reyes de armas de Castilla. La visión es completamente imaginaria, de hecho fue pintada en Roma, y aunque tiene una cierta pretensión de realismo, el propio pintor admitió «la poesía y la grandeza con que se nos presenta envuelta la Historia».  
La segunda imagen corresponde a un fotograma de la serie de televisión Isabel (2014), extraída de la espléndida web lab.rtve.es/serie-isabel/. Forma parte de una escena en la que se recrea precisamente ese momento en que el rey Boabdil rinde el último bastión del reino nazarí. El parecido entre esta imagen y el cuadro de Pradilla es extraordinario, y sirve para demostrar la profunda interrelación del cine con otras artes visuales como la pintura. En otra escena de la misma serie de televisión se copia de forma igualmente fiel otro conocido cuadro de historia, titulado Doña Isabel la Católica dictando su testamento, del pintor Eduardo Rosales (Museo del Prado, 1864). En esa ocasión se hace para representar la agonía y muerte de la reina castellana en Medina del Campo, el 26 de noviembre de 1504.  
Los dos casos nos permiten identificar con claridad las fuentes de inspiración artística utilizadas para la ambientación cinematográfica de los hechos históricos. El mayor problema es que esta ambientación no se basa en el contexto histórico original en el que tuvieron lugar los hechos, sino en representaciones historicistas del siglo XIX. En consecuencia, la imagen cinematográfica resultante es una versión de otra versión pictórica anterior. Su autenticidad es, por tanto, relativa y, sin embargo, parece verosímil porque el espectador tiene los cuadros decimonónicos guardados en su memoria, después de haberlos visto reproducido cientos de veces en los libros de texto de Historia. Todo ello supone, en fin, un ejercicio muy interesante para reflexionar sobre la forma en que reconstruimos visualmente los hechos históricos.
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2 comentarios:

  1. En esta misma serie hay un gazapo tremendo, cuando Colón parte a Ámerica se ve al fondo la ciudad de Cádiz y parte de su catedral que en aquellas fechas aun no estaba contruida. De todas formas, la serie me gustó mucho, espero que la de Carlos I no decepcione. Un saludo

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  2. Tienes razón Mar; la catedral que aparece es la del siglo XVIII no la catedral vieja, de estilo gótico que es la que se debería ver. Hay más gazapos como ése, por ejemplo cuando se ve el alcázar medieval de Madrid como sede de la corte de Enrique IV; para su recreación utilizaron imágenes históricas del alcázar de los Austrias, que es bastante posterior. En fin... cosas que pasan. De todas formas coincido contigo en que en general la serie está muy bien y es bastante fiel a los hechos históricos. Un saludo.

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Este blog pretende ser un recurso didáctico para estudiantes universitarios, pero también un punto de encuentro para todas aquellas personas interesadas por la Historia del Arte. El arte es un testimonio excepcional del proceso de la civilización humana, y puede apreciarse no sólo por sus cualidades estéticas sino por su función como documento histórico. Aquí se analiza una cuidada selección de obras de pintura, escultura y otras formas de expresión artística, siguiendo en ciertos aspectos el método iconográfico, que describe los elementos formales, identifica los temas que representan e interpreta su significado en relación a su contexto histórico y sociocultural.