Entre los formidables restos arqueológicos que subsisten en el área circundante a la ciudad romana de Pompeya, destaca especialmente la Villa San Marco, en la vecina localidad de Stabia. La erupción del Vesubio, en el año 79 de nuestra era, hizo que la mayoría de estos restos se conservasen prácticamente intactos, sepultados durante siglos bajo la tierra y las cenizas generadas por el volcán.
La Villa San Marco, denominada así por existencia en sus proximidades de una capilla del siglo XVIII dedicada a este evangelista, es un vasto complejo residencial situado en un alto a las afueras del núcleo urbano de Stabia. Al igual que la mayoría de los vestigios arqueológicos del área pompeyana, fue descubierta y documentada por primera vez en la década de 1750, aunque su excavación sistemática no tuvo lugar hasta mediados del siglo XX. Se trata de una villa aristocrática fechada entre los gobiernos de los emperadores Augusto y Nerón, que comprende una superficie aproximada de 6.000 metros cuadrados e incluye dos atrios, unas termas privadas, numerosas salas y estancias, varias terrazas con vistas al exterior, un jardín rematado por una exedra, una fuente o ninfeo con un gran estanque, y un gran peristilo cuadrangular.
Los muros de esta villa están completamente decorados con pinturas al fresco del llamado IV Estilo Pompeyano. Una de las características identificativas de este estilo es la organización de los ciclos decorativos en paneles delimitados por un zócalo inferior y una cornisa superior. En la Villa San Marco los paneles, que ocupan la parte central de los muros, están pintados de un color rojo intenso y albergan figuras o paisajes orlados por un reborde, a la manera de un tapiz. Tanto las figuras como los paisajes tienen una calidad técnica y artística verdaderamente excepcional, como suele ser habitual en la pintura stabiana de aquella época. La decoración se completa en el zócalo inferior con fondos de color azul o negro, y en la cornisa superior mediante la introducción de diversos tipos de remates. Además, son frecuentes los motivos de candelabros dorados, bien como elementos divisorios entre unos paneles y otros, bien como cierre para las esquinas.

Vamos a interpretar sólo las dos figuras principales, las de Ifigenia y Perseo. La primera era hija de Agamenón y Clitemnestra. Su padre había encolerizado a la diosa Diana por haber matado una cierva en uno de sus bosques sagrados, con la única intención de presumir de su talento como cazador. Como consecuencia de ello, Diana impidió que el viento soplara durante mucho tiempo, evitando el avance de los barcos de Agamenón en su camino a la Guerra de Troya. Un adivino llamado Calcante reveló un oráculo según el cual la ira de la diosa sólo quedaría aplacada con el sacrificio de Ifigenia. Así lo aceptó el rey, pero cuando iba a comenzar el sacrificio, Diana se apiadó y sustituyó a la joven por una cervatilla. Entonces la condujo a Taúride (Crimea) y la designó sacerdotisa de su templo, con la misión de sacrificar en su honor a cualquier extranjero que pisase aquellas tierras. Su padre Agamenón, por otra parte, sería asesinado a la vuelta de la Guerra de Troya por Clitemnestra, como venganza por haber intentado matar a Ifigenia. En la pintura de la Villa San Marco Ifigenia aparece representada según su condición de sacerdotisa, vestida con una túnica verde y una capa dorada, mientras porta en una mano una antorcha y en la otra una estatuilla de la diosa Diana.

http://www.stabiae.com/fountation_site/usa/Stabiae_Master_Plan_INGLESElr.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario